Los amigos con derechos no
son nuestros novios ni nuestros amantes y aunque sabemos que no existe
la posibilidad de tener un futuro amoroso con ellos, forman parte de una
relación en la que abundan la compañía, la exploración y el sexo.
Según un estudio publicado en el Journal of Sex Research de Estados Unidos, cuando tienes relaciones sexuales con un amigo, es más fácil seguir la amistad como si nada hubiera pasado, que cuando lo haces con un ex novio o un extraño.
Según la escritora argentina Verónica Malamfant, autora del libro “Amigos con derecho a roce. Manual de abusos y costumbres”, este amigo con beneficios
también conocido como fuck-friend, “es esa persona que está disponible
en todo momento para tener un encuentro casual y sexual con nosotras”.
Sin embargo, aunque este tipo de
relaciones cada vez son más frecuentes, para Malamfant “son sinónimo de
complejidad, ya que no se pueden comprometer los sentimientos”.
Para algunos psicólogos, estas relaciones funcionan hasta que uno de los dos encuentra a su media naranja. Porque lejos de lo que proponen las comedias de Hollywood o las novelas rosas, con los fuck-friend no hay compromiso emocional ni ataduras de ningún tipo.
Para Verónica Malamfant, “tal vez las
mujeres, en mayor medida, somos las más ilusas por vivir una buena
historia amorosa; tal vez caiga en esos lugares comunes y sea banalmente
eterna. Pero llegar a eso puede costarnos gran parte de nuestra vida. Y
muchas no estamos dispuestas a arriesgarnos”.
¿Puede seguir siendo amigos?
Los especialistas en relaciones interpersonales señalan que es casi
imposible hacerlo sin establecer normas que regulen la “no-relación”. Lo
más probable es que cada uno tenga sus propias expectativas (y que no
siempre coincidan), por lo que si la relación acaba en algún momento,
entonces tocará preguntarnos si podemos seguir siendo amigos.
Los expertos dicen que, al establecer una conexión íntima,
el vínculo amistoso puede verse fortalecido, aunque también puede
llegar a suceder lo contrario. Y como en esto de las relaciones nada es
científico, sólo cabe sugerir que conviene pensar antes de actuar y
evaluar si vale la pena correr el riesgo.
Fuente: Salud 180
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