Con el auge del uso de WhatsApp
y otras aplicaciones similares que permiten el envío de imágenes,
videos y textos en tiempo real y casi sin costo, aumentó la práctica del
sexting, es decir, enviar material erótico a través de dispositivos móviles.
La novedad es que, si bien se cree que este hábito es más frecuente entre los adolescentes, un estudio reciente de la universidad de Drexel (Estados Unidos) difundido por la Asociación Psicológica Americana reveló que se trata de una práctica efectuada en el 82% de los estadounidenses sondeados.
De ese total, uno de cada cuatro encuestados confirmó que lo hace con
su pareja estable. Además, los investigadores establecieron una
relación directa entre la práctica del sexting y una mayor satisfacción
con la vida sexual, en especial entre las personas con una relación
estable. "Los solteros, en cambio, presentan menores niveles de
satisfacción sexual", indicó en la investigación Emily Stasko, una de
las científicas a cargo del estudio, que se desempeña en la Universidad
de Drexel, en Filadelfia (Estado Unidos). Adrián Solari, profesor de la
Licenciatura en Psicología de la Fundación UADE, justifica este
hallazgo: "Uno de los mayores enemigos a los que se expone la sexualidad
de una pareja estable es la rutina, porque es difícil pasar de hablar
del trabajo, los chicos y las cuentas que hay que pagar a una situación
sensual y erótica. En este sentido, el sexting puede ser una vía para
enriquecer la práctica sexual de una pareja, porque agrega fuentes de
deseo y excitación mediante el uso de la tecnología", detalla.
En
Argentina, esta práctica también está en ascenso: "Los pacientes, más
específicamente las personas de hasta los 35 años, están planteando este
tema con mayor frecuencia en los consultorios", explica la Lic.
Eleonora Giusti, Psicóloga Clínica y Terapeuta de Familias y Parejas, y
docente de la Universidad de Palermo. De todos modos, la especialista
menciona que no se trata de algo nuevo: "El sexting es un nuevo capítulo
en la larga historia de los amantes que vivieron apasionados a través de la correspondencia escrita".
Algunos detalles a tener cuenta
Los especialistas coinciden en que esta práctica no tendría implicancias negativas para la pareja. De todos modos, Giusti recuerda que "debería implementarse siempre y cuando la pareja esté dispuesta y haya consenso para considerarlo como un ingrediente más a la hora de despertar la imaginación y la creatividad".Más allá de los beneficios que puede traer el sexting a la vida sexual de una pareja estable, Solari advierte que uno de los mayores riesgos es que esas imágenes y videos pierdan su carácter de privado y exclusivo entre quienes los practican y obtenga una dimensión pública. Y ejemplifica con un caso concreto: "Hace poco recibí la consulta de una pareja que solía enviarse videos e imágenes. El acuerdo era que quien recibía el material luego de verlo debía eliminarlo del dispositivo. Sin embargo, uno de los integrantes no cumplió lo estipulado y esto salió a la luz cuando uno de los hijos tomó el teléfono del padre y se encontró con todo este material, generando un conflicto familiar y de pareja".
Tanto la autora del estudio norteamericano como los especialistas argentinos enfatizan que es necesario recordar que el sexting no debería ser un tabú. Tampoco hay que considerarlo como una perversión o una conducta enfermiza. En este sentido debemos ampliar nuestros horizontes y entender la importancia de las variaciones y diferencias que hay entre las personas a la hora de vivir la sexualidad.
Material recopilado de La Nacion.
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