Las 10 trampas mentales que nos juegan una mala pasada
- Correlación ilusoria. Una persona establece entre
dos cosas una relación que, en realidad, no existe. Por ejemplo, los
estereotipos nos hacen juzgar a alguien por sus rasgos u otras
características, pero a menudo nuestras conclusiones no tienen nada que
ver con la realidad.
-
Falacia del apostador. Se trata de la creencia
errónea de que los sucesos pasados afectan a los futuros. Por ejemplo,
si usted tira al aire una moneda varias veces, existe la posibilidad de
que salga 9 veces cara. A mucha gente le parece obvio que la cara no
salga por décima vez, pensando que cada vez aumenta la probabilidad de
que salga cruz. Sin embargo, la conclusión es errónea. La probabilidad
sigue siendo de 50/50.
-
Influencia de la mayoría. La gente se inclina a
adaptarse al comportamiento del grupo para 'coincidir' con los demás.
También puede 'contagiarse' fácilmente de una idea que comparten muchos.
- Efecto Forer. La gente confía en
descripciones de su personalidad, creyendo que fueron hechas
especialmente para ellos y provienen de fuente fiables. En realidad, las
personas suelen creer en las generalizaciones, a menudo válidas para
cualquier individuo. Buen ejemplo de ello son los horóscopos o la
quiromancia.
- Sesgo de confirmación. La gente tiende a favorecer
la información que confirma sus propias creencias. El efecto es más
fuerte cuando se trata de problemas emocionales y creencias muy
arraigadas. Las personas también tienden a interpretar las evidencias
ambiguas de una manera que apoya su punto de vista.
- Dependencia de la primera idea. Inconscientemente, percibimos la primera idea o la primera impresión que se nos ocurrió como la más correcta, recoge el portal litemind.com. Además, la gente a menudo no confía en la información nueva, comprobándola una y otra vez.
- Placebo. Es aquello que parece ser un tratamiento
médico real, pero en realidad no lo es. Los placebos más comunes son
pastillas de azúcar que no contienen sustancia activa. Este fenómeno,
uno de los menos comprendidos por los científicos, puede hacer
desaparecer los síntomas de una enfermedad. Algunos creen que se trata
del sorprendente poder de la mente.
- Sesgo del status quo. Preservar la estabilidad de
una situación nos parece mejor que cualquier cambio. La gente se inclina
a seguir las pautas de conducta establecidas y las cambia solo cuando
se vuelve absolutamente necesario.
- Procrastinación. Tendencia a
posponer los asuntos importantes y urgentes. La procrastinación se
manifiesta en el hecho de que una persona, aun siendo consciente de la
necesidad de hacer algo importante, lo ignora y distrae su atención con
cosas menos relevantes y más agradables.
-
Percepción selectiva. Es la tendencia de la gente a
prestar atención a tales elementos del entorno que coincidan con
nuestras expectativas, e ignorar el resto. La gente a menudo no ve sus
propios errores, aunque nota con facilidad e incluso exagera los errores
de los demás.
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